10.01.2006

TRES NIVELES EN LA PERCEPCION

2. En la recepción

El lector se identifica con el texto y adquiere compromisos de tipo afectivo en una fuerte interacción entre texto y lector. El texto posee cualidades estéticas y de estilo que atraen fuertemente la atención de determinados tipos de lector clasificables según la triada: Lectan Lissant y Lu:

2.1 Tipos de lector

En literatura los estudios se han centrado en el efecto de los personajes sobre el lector. Los lectores hacen existir a los personajes gracias a una relación intersubjetiva. El lector reconstruye el personaje según el principio de “desviación mínima” con el mundo real. Al mismo tiempo se maneja un efecto mítico ya que todo relato novelesco nos envía a un más allá”, nos envía a una tradición, el personaje juega con la distancia del mundo real. Es el paso del personaje real al personaje creado por la imitación de la realidad. Esos personajes y ese mundo creado por los relatos tipo “novelesco” crea tres tipos de receptores o lectores. Sus categorías están diferenciadas por el grado de compromiso o distancia entre el texto y el lector.


Nota: Muchos de los relatos que circulan en medios de comunicación incluidos la publicidad, los relatos noticiosos como las crónicas , algunas noticias están fuertemente influenciadas por relatos con características novelescas. n.t.

LECTANT:

El lector identifica el personaje en la obra y lo ve como un “proyecto narrativo semántico”.
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El lector descubre las estrategias narrativas, las estructuras del texto, sus pretensiones morales e ideológicas.
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El personaje no es mas que un “peón” o “esclavo” de la narración, es el soporte del juego de lo predecible al servicio de la trama.
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El lectant no se hace cómplice de la obra lo cual le permite anticiparse a los hechos de la obra gracias al referente con el mundo real y a esquemas narrativos como los descubiertos por los formalistas rusos o por los estructuralistas franceses (Todorov, Greimas, Prop, Lévi Strauss, Claude Bremond).
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Da cuenta de los cánones estéticos de la obra. Novela clásica realista.

LISSANT:

El lector se compromete afectivamente. El personaje de la obra es una persona del mundo real del cual es partícipe. El lector es víctima de la ilusión generada por el texto.
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La ilusión se desarrolla en tres niveles:
a) Narrativo: yo me identifico con el personaje que juega un papel- el en su mundo ficticio- , tal como yo lo hago en la vida real. (Pero la ilusión de que el personaje puede estar "por ahí" en el mundo real permanece. n.t. )

b) Afectivo: Yo reconozco el personaje como un sujeto, y él se presenta como auténtico (gracias a los contextos y detalles proporcionados por el autor n.t)

c) Cultural: La atadura afectiva es mucho más sólida cuando el personaje está elaborado bajo valores sociales compartidos. Novelas y cuentos de aventuras, relatos didácticos.
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LU:

El lu ve al personaje gracias a una “posesión pulsional”. El personaje le permite vivir situaciones por “procuración” Situaciones que de otra manera le sería imposible vivir.
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El lector asegura la satisfacción de su pulsión inconsciente. En otras palabras se trata de un “voyersismo” sobre la escena. EL PERSONAJE ES UN PRETEXTO para conectarse con la obra y por procuración con el mundo real.
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Las invariables fantasmagóricas preexistentes en el lector son las que permiten la posesión del inconsciente. Aquí el lector se ve confrontado a sus propias pulsiones por medio de la líbido en tres niveles
a) Sciendi (Voyerismo escena primitiva)
b)Sentiendi (Eros - Tanathos)
c)Dominandi (procuración) Literatura de masas. Amarillismo y sensacionalismo-


Atención: Los diferentes tipos de efectos, si bien se realizan sobre el individuo como tal y no tienen en cuenta el contexto social cultural del lector, tienen su validez desde las teoría de Freud sobre la estructura psíquica humana. Conciente, subconsciente e inconsciente.
La Recepción es el problema sobre la forma en que se los perciben los personajes
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Para ello nos suscribimos a los regímenes de lectura, es allí donde se distinguen las tres instancias ya mencionadas: lectant, lisant y lu.

El lectant tiene siempre en el horizonte la imagen del autor y desea conocer las estrategias narrativas sobre las cuales se construye el relato y que son intencionales del escritor. El lectant también desea, en esta línea, entender la obra en su sentido global.

El lisant no es ingenuo, él está preso momentáneamente por una frágil ilusión. Lo importante es saber cómo se produce esa ilusión. El soporte sobre el cual se sustenta esta ilusión es la sobrevivencia del niño dentro del adulto. Son nuestras creencias infantiles reactivadas bajo ciertas condiciones: la posibilidad de dejarse llevar por la ilusión de la experiencia de otro mundo. Es el niño que para sobreponerse a los conflictos generados durante el periodo marcado por el conflicto de Edipo, se inventa una fábula en la cual substituye a sus verdaderos padres por unos imaginarios. Tal y como propone Freud en el mito del nacimiento del héroe. Si bien esta explicación maravillosa ha sido rechazada, ella no ha desaparecido del todo y es útil para esta explicación: “la naturaleza particular de la fe que tiene todo hombre y que le otorga a su historia de familia es la única explicación aceptable a la ilusión que pueden provocar las novelas.

De esta ilusión generada sin dificultad son presos los espíritus más ingenuos como los más despiertos. Cuando Oscar Wilde afirma que la más grande tristeza de toda su vida ha sido la muerte de Lucien de Rumbepré, personaje de la novela Esplendores y miserias de las cortesanas, nadie se molesta en lo absoluto de tal afirmación.

Qué permite al Yo narcisista renacer de una forma tan fácil? La respuesta se encuentra en las conexiones que podemos encontrar entre la lectura y el estado de sueño. El sujeto lisant se encuentra en una situación que podemos comparar a la del soñador. La lectura como sueño se fundamenta sobre una inmovilidad relativa, una vigilia relativa, como la del espectador de una película cinematográfica.

Tal y como lo piensa Christian Metz en su libro Le Signifiant Imaginaire. En el sujeto despierto los impulsos psíquicos vienen del exterior, del mundo de afuera hacia el interior del aparataje psíquico donde las representaciones se imprimen. A este movimiento se le llama “progrédient

En el que sueña las imágenes producidas vienen del interior del aparato psíquico y se encaminan hacia el exterior. A este movimiento se le llama “regredient”. Así, el lector, no lo olvidemos, está despierto y por lo tanto la alucinación del que sueña no tiene equivalencia exacta en la lectura, sino en la medida de llegar a confundir paradójicamente la realidad con el sueño. El lector es presa temporal de este estado de sueño y, al mismo tiempo le hace falta el elemento de alucinación. La regredient en el lector está limitada por el soporte escrito, la pantalla lingüística es menos compacta que la pantalla cinematográfica. La regredient es más evidente en el lector que en el espectador. Las representaciones del primero deben ser compuestas a partir de un principio de realidad mucho menos exigente.

En el lu se unen una serie de pulsiones internas. La lectura, el deseo de ésta y la curiosidad implícita nacen de un deseo de llenar un vacío. Es la nostalgia del objeto perdido descrito por los psicoanalistas. Ese objeto perdido es por supuesto la madre. Los lazos de unión entre el libro y su lector, son ecos lejanos de la relación del, ahora lector, con su madre. Lo que se busca a lo largo de la lectura es, finalmente, encontrar el misterio de su propio ser y hacer frente a sus propios fantasmas.

En ese sentido, el termino lu es particularmente interesante y apropiado. (Lu en francés es el participio pasado de leer n.t.)
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El voyerismo del lector tanto en el ver como en el saber (curiosidad), se acerca a lo que los psicólogos llaman “psicoptofilia”. La separación que existe en el observador y el observado es la fuente misma del placer del lector: de una parte el desnivel entre el texto y la realidad permite espiar a los personajes desde una posición confortable (jamás será descubierto), de otra parte el vacío que separa el objeto del deseo libera un espacio propicio para la imaginación.
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El voyerista en la novela implícitamente nos envía a una escena primaria. Sabemos la importancia que tiene en el desarrollo del niño este episodio, el descubrir a sus padres en jugueteos sexuales.
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Podemos decir que la representación novelesca nos lleva a la sensación de ese fantasma de nuestros orígenes. De otra parte se presenta el hecho de que sobre los acontecimientos ocurridos en el libro no podemos cambiar nada, y debemos permanecer como observadores, tal y como ocurre en la escena primaria. Sin embargo se debe hacer una distinción: el lector es un voyeur pero un voyeur legítimo. Aquí la censura no existe. Un lector al abrir un libro se pensará lectant pero más tarde deberá admitir que también es un lisant y que tiene algo ( o mucho) de lu.

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EN NARRATOLOGIA Distinguimos:
Un destinador: aquel que ha construido el relato, el que lo emite.
Un destinatario, a quien se encamina el relato enunciado.

Este enfoque narratológico ve a los personajes como un “efecto de la lectura”.
Se distingue de las aproximaciones semióticas donde los personajes están predeterminados por arquetipos (estilo Greimas: El sujeto, el objeto, el opositor, el ayudante, el destinador, el destinatario)

Para Jouve:
a) Personaje como instrumento textual (al servicio del proyecto del relato)
b) El personaje como ilusion (suscitando en el lector reacciones afectivas)
c) El personaje como pretexto a la aparición de una determinada escena. (apelando al inconsciente y autorizandolo a un compromiso fantasmagórico)

Los efectos son pues:
a) Efecto personal
b) Efecto personaje
c) Efecto pretexto

Al momento de analizar un mensaje con cualidades
novelescas se debera por lo tanto:
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a) Reconocer cual es su verdadera y real ubicación afectiva, cultural y académica con relación al texto, el personaje y el tema a tratar.
b) Ubicarse con relación al estilo que posee el texto
c) Ubicarse con relación a la propuesta de valores propuesta por el texto.

Y entonces:

a) Ubicar la obra y el personaje en sus fronteras y justificarlo. Y decir como esta ubicación podrá “buscar” cierto tipo de lectores que se ubicarán a su vez en fronteras.
b) Observar el tema del texto, sus valores y empatía cultural y afectiva para con los lectores y desde allí ubicar al lector.
c) Observar cuales son los herramientas en tanto que estructura, estilo que propone la obra para lograr diferentes grados de interés y efecto en el lector. Ubicar al lector.
d) Observar otras variable que determinan el tipo de lector. Para ello se sugiere ir al encuentro del lector mismo y demandar por estas variables.
e) Concluir sobre la interacción texto – lector en tanto que producción del texto.


TALLER

Luego de haber leido las dos entradas referidas a "El efecto personaje en la novela", realice y tenga en cuenta los siguietes datos para la realización de las actividades en clase.

1. lleve una hoja en blanco y un numero surtido de colores y bolígrafos. Deberán pintar una escena de un relato novelesco.

2. lea el siguiente texto y responda a las cuestiones que aparecen al final de este:

TALLER de Análisis de mensajes

Conceptos básicos para el análisis del efecto personaje.

Lea detenidamente el siguiente fragmento de la Novela de Álvaro Mutis, “La última Escalada del Tramp Steamer.”

"… Entró de repente en el campo de mi vista, con lentitud de saurio malherido. No podía dar crédito a mis ojos. Con la esplendente maravilla de San Petersburgo al fondo, el pobre carguero iba invadiendo el ámbito con sus costados llenos de pringosas huellas de óxido y basura que llegaban hasta la línea de flotación. El puente de mando y, en la cubierta, la hilera de camarotes destinados a los tripulantes y a ocasionales pasajeros habían sido pintados de blanco en época muy lejana. Ahora una capa de mugre, de aceite y de orín les daba un color indefinido, el color de la miseria, de la irreparable decadencia, de un uso desesperado en incesante. Se deslizaba, irreal, con el jadeo agónico de sus máquinas y el desacompasado ritmo de sus bielas que, de un momento a otro amenazaban con callar para siempre. Ocupaba ya el primer plano en el irreal y sereno espectáculo que me tenía absorto y me maravillada sorpresa se convirtió en algo muy difícil de precisar. Había, en este vagabundo despojo del mar, una especie de testimonio de nuestro destino sobre la tierra. Un Pulvis eres que resultaba más elocuente y cierto en esta agua de pulido metal con la dorada y blanca anunciación de la capital de los últimos zares al fondo. A mi lado se ensalzaba el esbelto contorno de los edificios y muelles de la orilla finlandesa. En ese instante, una solidaria y cálida simpatía por Tramp Steamer empezó a nacer dentro de mi. Lo sentí como un hermano desdichado, como una víctima de la decidía y la avidez de los hombre a las que él respondía con su terca voluntas de seguir trazando sobre todos los mares la deslucida estela de sus lacerias.

Lo vi alejarse hacia el interior de la bahía en busca de algún muelle discreto en donde atracar sin muchas maniobras y, talvez, al menor costo posible. En la popa pendía la bandera de Honduras. Un nombre borrado por la acción de las olas dejaba apenas sus últimas letras: …. CIÓN. No era improbable, que por una ironía que más parecía befa el nombre de este viejo carguero fuera el de Alción. Debajo del mutilado letrero se podía leer, no sin dificultad, el lugar de matricula: Puerto Cortés. Mi limitada experiencia en las cosas del mar, en la inextricable y sórdida red de su comercio, me bastó, sin embargo, para no hacer necias consideraciones sobre los contrastes nacidos de esta aparición de un desastrado carguero del caribe en medio de uno de los más olvidados y armoniosos panoramas de la Europa Septentrional. El carguero Hondureño me había regresado a mi mundo, al centro de mis más esenciales recuerdos, nada tenía ya que hacer allí en el extremo de la península de Vironniemi. Por fortuna, el auriga parecido a Lemminkainen se me acercó para indicarme el cielo en el que se amontonaban, con vertiginosa premura, las nubes plomizas indicadoras de un inminente cambio de temperatura. De regreso al hotel mis colegas me interrogaron sobre la experiencia de lo que tanto había hablado y tanto esperaba. Salí del paso con unas palabras tan convencionales como anodinas. El Tramp Steamer me había dejado en una realidad tan ajena a este presente escandinavo y báltico que más valía callar. En verdad, había poco que decir. Allí al menos."


a) Ubique al personaje en tres descentramientos.

Defínalos a cada uno con una palabra. (genere una categoría)
b) ¿Cuándo se presenta la exotopía?, mencione la frase exacta del fin de esta y justifique su elección.
c) ¿Cuál es el propósito narrativo del personaje que se puede detectar hasta el momento?
d) Seleccione un elemento bien sea del Lu, Lectant o Lissant y desarrolle su idea a modo de hipótesis, en cuanto a los efectos sobre el lector.

Texto complementario:


("Me senté en el borde del parapeto de granito que protegía la cinta asfáltica y, con los pies colgando sobre el espejo de acero de las aguas, quedé embebido en la contemplación de un milagro que estaba seguro de que nunca más se repetiría en mi vida. Fue entonces cuando, por primera ve, se me apareció el Tramp Steamer, personaje de singular importancia en la historia que nos ocupa. Sabido es que con este término se nombra a los cargueros de pequeño tonelaje, no afiliados a ninguna de las grandes líneas de navegación, que viajan de puerto en puerto buscando carga ocasional para llevar no importa adónde. Así malviven, arrastrando su lastimada silueta por mucho más tiempo de que pudiera hacernos predecir su precaria condición." ) Texto anterior.

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